SARVANGASANA de la tradición YOGA

SARVANGASANA

La sarvangasana es una de las posturas fundamentales del yoga, considerada entre las dieciséis asanas más valiosas, extraordinaria para el cuerpo y la mente. La Sarvangasana es la madre de las asanas, es excelente para lograr la armonía y bienestar del organismo humano y constituye una panacea para casi todas las dolencias.

Técnica: Extiéndase en el suelo, con las piernas juntas y estiradas, y los brazos, también estirados, a lo largo del cuerpo. Las palmas de las manos deben estar hacia abajo. Sirviéndose de los brazos, eleve las piernas en el aire y, a continuación, las caderas y la espalda, desplazando todo el peso del cuerpo hacia los hombros. Flexione los brazos y coloque las manos en la espalda, manteniendo el cuerpo tan recto como le sea posible, con lo que el mentón quedara fijo contra la raíz del tórax. Respire pausada y lentamente.

Observación: Se debe proceder con la mayor armonía en todos los movimientos y la respiración debe ser abdominal. Una vez lograda la postura, los músculos que no intervienen en la postura deben mantenerse totalmente relajados. La barbilla debe permanecer firmemente fija contra el esternón. Hay que evitar el deshacer la postura violentamente. Deben abstenerse de realizar esta postura las personas que padecen trastornos cerebrales, sinusitis y lesiones en las vertebras cervicales. Las personas mayores deben realizar la postura con precaución, y hasta donde les sea posible, evitando cualquier esfuerzo excesivo.

Efectos: 

-La Sarvangasana equilibra el funcionamiento glandular. Actúa favorablemente sobre la tiroides, la paratiroides, el hipotálamo y la hipófisis. Descansa y descongestiona los órganos abdominales. 

-Facilita el aporte de sangre venosa al corazón, mejora en general la circulación sanguínea al organismo y perfecciona el funcionamiento del cerebro. 

-Fortalece todos los músculos y nervios de la espalda, la columna vertebral, el cuello y los brazos. 

-Seda el sistema nervioso. Facilita la interiorización mental y combate las fluctuaciones psico-mentales. 

-Psíquicamente, ejerce una acción tranquilizadora, inundando el espíritu de paz y energía, e incrementa la vida intelectual, afectiva y motora. 

-La práctica de esta asana, un par de veces al día, da como resultado un nuevo vigor, más seguridad; sentirá en su interior nueva fuerza vital, la paz reinará en su espíritu y tendrán una gran alegría de vivir.

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